• Nuestros Pueblos Indígenas fueron sometidos a un proceso de negación de su identidad y existencia, y de apropiación de su territorio con el objeto de consolidar el territorio nacional, proceso que fue exitoso para la formación del Estado Nación chileno, pero que tuvo consecuencias desastrosas para ellos, como la reducción de su territorio, y hasta la muerte y desaparición de pueblos enteros, tal como podemos constatar en el Informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato de los Pueblos Indígenas, Comisión presidida por el ex Presidente de la República don Patricio Aylwin Azócar.

Para comprender en buena parte la historia de nuestros Pueblos Indígenas hay que leer en detalle el Informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas, editado por el Comisionado Presidencial para los Asuntos Indígenas (Primera edición, Santiago de Chile, octubre de 2008), Comisión que fue presidida por don Patricio Aylwin Azócar (QEPD), ex Presidente de la República.

Se lee en la Segunda Parte del informe que refiere a “Propuestas y Recomendaciones para un Nuevo Trato entre el Estado, los Pueblos Indígenas y la Sociedad Chilena”, que la Comisión se ha formado la convicción de que “los Pueblos Indígenas son descendientes de las sociedades pre-coloniales que se desarrollaron sobre el territorio en el que actualmente el Estado Chileno ejerce soberanía, a las que están ligadas por una continuidad histórica. Ellos fueron los primeros habitantes y ocupantes de este territorio. Fueron los primeros en domesticar su geografía, en poner nombres a los lugares y a las cosas. Han legado a la nación chilena sus costumbres y formas de vivir y convivir, conocimientos y, en fin, cultura, que forman parte de los cimientos de nuestra sociedad.”

En otro apartado se lee “Así como la Nación chilena se constituyó sobre la base de asimilar – mediante la fuerza y la letra – a esos pueblos, el territorio nacional se estableció en aquellos espacios sobre los que el Estado no tenía control ni ejercía soberanía”.

Establece la Comisión que tanto el proceso de negación de la identidad y existencia de los Pueblos Indígenas a favor de la formación de una identidad nacional única, y el de apropiación de su territorio a favor de la consolidación del territorio nacional , si bien fueron exitosos en su objetivo de servir a la formación del Estado Nación chileno, tuvieron consecuencias que se arrastran hasta el presente, en algunos casos desastrosas para los Pueblos Indígenas como: la reducción territorial, fragmentación social, pérdida patrimonial, pérdida de vigencia de sus procesos normativos propios, pérdidas de sus idiomas por políticas de castellanización forzosa, y hasta la muerte y la desaparición de Pueblos Indígenas enteros como los Aónikenk o los Selk´nam, que fueron objeto de un verdadero genocidio ya que, junto con extinguirse su cultura,, también se aniquiló a las personas que las integraban.

Es bastante extenso el informe de la Comisión, pero vale la pena leerlo para comprender los errores y horrores cometidos en contra de estos Pueblos Indígenas que habitan el territorio sobre el cual se construyó nuestro Estado con anterioridad a la llegada de la Corona Española, y de alguna manera justifica que la Nueva Constitución haga un esfuerzo sin parangón en la historia de Chile para incluirlos a nuestra democracia con escaños reservados, restitución de tierras, respetando sus símbolos, su cultura, su idioma, sus sistemas de justicia, entre otras. Un trato distinto al que fueron sometidos durante años por nuestro Estado.

Hoy el texto de la Nueva Constitución reconoce que: 1.- Chile es un Estado Plurinacional; 2.- La soberanía reside en el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones; 3.- Chile reconoce la coexistencia de diversos pueblos y naciones en el marco de la unidad del Estado; 4.- Son pueblos y naciones indígenas preexistentes los Mapuche, Aymara, Rapanui, Lickanantay, Quechua, Colla, Diaguita, Chango, Kawésqar, Yagán, Selk´nam; 5.- Reconoce los idiomas de los Pueblos Indígenas y se promueve su reconocimiento, revitalización, valorización y respeto; 6.- Los pueblos y naciones indígenas y sus integrantes tienen derecho al pleno ejercicio de sus derechos colectivos e individuales, tienen derecho a ser consultados previamente a la adopción de medidas administrativas y legislativas que les afectasen; y, 7.- El Estado reconoce los sistemas jurídicos de los pueblos y naciones indígenas, respetando los derechos fundamentales que establece la Constitución y los tratados internacionales e instrumentos internacionales de derechos humanos de que Chile es parte y siempre bajo la jurisdicción de la Corte Suprema.

Mucho se ha escrito sobre la idea que la plurinacionalidad destruiría nuestro país, al generarse estados paralelos, pero ello no es así, pues comúnmente se confunde el concepto de Estado con el de Nación, o se estima que son lo mismo. Pero son claramente conceptos distintos, mientras el Estado se comprende específicamente como la organización de un territorio bajo el dominio de un gobierno, la nación se refiere a la comunidad de personas que comparten una lengua, cultura, religión, historia y/o territorio. Puede organizarse en un Estado nacional o no. Un Estado plurinacional es la organización política y jurídica de una sociedad con varias naciones unidas en un solo Estado con un gobierno representativo plurinacional, y están sujetas a una única Constitución Política.

En definitiva, y siguiendo el Informe de la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas, uno puede concluir que el actual proceso constitucional, a través de la Convención Constitucional, consideró – a nuestro juicio correctamente – que se debía rectificar el error histórico que pretendió borrar a nuestros Pueblos Indígenas, privándolos de sus territorios, con políticas de exterminio, negando su identidad y existencia, sometiéndolos por la fuerza a nuestro idioma, a nuestra cultura y a nuestras costumbres, situación que se viene a corregir y rectificar en el texto de la Nueva Constitución, en buena hora.

José Luis Alvarez Tartari

Abogado y Magíster en Gerencia y Gestión Pública