Tras una larga espera, el pasado 14 de junio comenzó el juicio en contra de Martín Pradenas, a quien se le acusa de violación y abusos sexuales cometidos entre los años 2010 y 2019, en contra de 6 jóvenes, motivo por el que arriesga una pena de 41 años de cárcel. 

Una de las últimas pruebas presentadas de la causa apunta a cientos de fotografías y videos de connotación sexual que el imputado tenía en la cárcel de Valdivia.

Más de mil fotografías y videos

La estadía de Martín Pradenas en la cárcel de Valdivia no ha estado exenta de polémica. Cuatro pendrives y dos tarjetas de memorias fueron encontrados al interior de su celda, dispositivos que contenían cerca de mil fotografías y videos de connotación sexual explícita.

Entre las imágenes rescatadas, y que serán presentadas en el juicio, habría registros de fiestas y reuniones de amigos, en los que se grababa a mujeres en estado de ebriedad, casi con pérdida de conocimiento.

 

«Se aprovecha de una situación de desigualdad, de vulnerabilidad, de desventaja en la que se encontraban cada una de las víctimas», indicó Miguel Rojas, de la Fiscalía regional de La Araucanía.

A raíz de este hallazgo, el Juzgado de Garantía de Temuco habría ordenado un peritaje psicológico a Martín Pradenas, pero el imputado se negó. 

¿Qué dicen los abogados querellantes?

De acuerdo a Mercedes Bulnes, una de las abogadas querellantes, «algunas fotos son extremadamente desagradables. En mi criterio, el tener estas imágenes con fines recreativos y para poder complacerse en su observación mientras se está en el penal, demuestra un perfil psicológico de agresor muy grave».

Respecto a cómo llegaron los dispositivos hasta la celda de Pradenas, Alejandro Guzmán, otra de los abogados querellantes, señaló que «es una duda que nos asalta. Entendemos que son elementos prohibidos al interior de cualquier recinto penal. Por lo tanto, a juicio de nosotros, amerita una investigación profunda para determinar si fue a través de visitas o funcionarios de gendarmería que lo llevaron a las dependencias».

«El imputado, con su red de amigos, tenía comunicación, porque existía la costumbre de enviarse fotografías de ese tipo, siempre con mujeres desnudas, siempre de espaldas, en una actitud de semi consciencia, y con referencia explícita al consumo de drogas», sostuvo Víctor Toledo, otro abogado querellante.

En cuanto a la propiedad de los archivos, el abogado defensor de Pradenas, Javier Jara, aseguró que el análisis forense «omite señalar o pasa por alto que en esas celdas había otras personas que convivían con él».

Al respecto, Silvana del Valle, otra abogada querellante, afirmó que al «analizar el contenido de esos documentos, encontramos que existían múltiples fotografías del imputado Pradenas, familiares, amistades e incluso de una ex polola. Por lo que es imposible indicar que esos aparatos no les pertenece».