• Obtener y consumir nuestras verduras y frutas es una maravillosa realidad que, además de permitir ahorrar, brinda una experiencia inolvidable que reúne a toda la familia en torno a la tierra y las tradiciones del campo chileno.

 

Actualmente son cerca de 200 las familias de la Región del Maule que están siendo beneficiadas por el Programa Seguridad Alimentaria, iniciativa que focaliza sus objetivos en usuarias del Subsistema Seguridades y Oportunidades (SSyOO) del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, que entrega el financiamiento para que el FOSIS y el respectivo municipio lo ejecuten en favor de las familias más vulnerables, insertas principalmente en localidades rurales y apartadas.

Seguridad Alimentaria contribuye a aumentar la disponibilidad de alimentos saludables mediante la educación y la autoprovisión, para que las familias complementen sus necesidades alimentarias y mejoren sus condiciones y calidad de vida.

Para ello durante nueve meses sus usuarias (os) reciben apoyo, principalmente en el desarrollo de actividades de cultivo y crianza y, también en la preservación, procesamiento y correcta preparación de los alimentos.

“Este aporte ha permitido incorporar en los patios de estas familias, tecnologías agrícolas tales como invernaderos, hornos de barro, gallineros, mesas de cultivo, deshidratadores solares, botiquín verde, materiales de construcción, insumos y herramientas, entre otros, cuya resultante también podría transformarse en la base de un futuro emprendimiento en el caso de aumentar el volumen de productividad, teniendo como norte la comercialización de sus verduras y frutas”, explica Alejandra Lepe, Asistente Técnico Especializado del programa.

Seguridad Alimentaria entrega además información, promueve el aprendizaje y refuerza conocimientos sobre hábitos de alimentación y estilos de vida saludable, destinados a todos los integrantes de la familia.

Tal es el caso de Karina Lagos, del sector rural San Francisco Rari de Colbún, quien valora enormemente este aporte del Gobierno porque “en nuestro invernadero participa toda la familia. Nos dieron los recursos y lo construyó mi marido y ahora tenemos lechugas, perejil, apio, cilantro, ajos, arvejas, ajíes, repollos y habas, así es que estamos felices”.

Similar experiencia vive Jessica Muñoz del sector Las Toscas en la localidad de Melozal, en la comuna de San Javier, quien hoy cultiva sus propias lechugas, brócoli, cilantro, tomates, acelgas, zanahorias, apio, perejil, rúcula, orégano, albahaca y porotos verdes.

“Ha sido muy bueno porque este programa tiene muchos beneficios para mí y mis hijos. Es como una terapia de relajación estar trabajando en el invernadero, me gusta, en realidad me encanta y comemos sano y exquisito y también ahorramos mucho ahora que está todo tan caro”, indicó.

Geraldi Sepúlveda es otra beneficiaria que aprovecha y disfruta estos encantos y beneficios “feliz porque cultivo mucho. Invierto mi tiempo, ahorro dinero y cosecho mis brócolis, coliflores, repollos, lechugas, acelgas, cilantro, perejil, apio e incluso tengo flores que puedo vender. Ha sido una linda experiencia y agradecida del FOSIS y todo su apoyo y asesoría”.