En medio del crecimiento explosivo de uso de estas plataformas, compañías nacionales apuestan por un eCommerce propio, que reduce el impacto negativo de las altas comisiones, bajando costos de hasta 20% a los clientes finales.

La industria del delivery experimentó importantes cambios durante la pandemia, no solo por el explosivo aumento en las ventas debido a las cuarentenas y a las restricciones de movilidad, sino que también por la forma en que el comercio y los restaurantes se relacionaban con las empresas repartidoras hasta ese entonces.

Este es un fenómeno que se vive a nivel mundial, tal como refleja el informe Digital 2023 Global Overview Report, que afirma que el sector de las apps de reparto de comida a domicilio creció un 8,6% anual en 2022. De acuerdo con sus estimaciones, el valor del sector del food delivery ya supera los 331 mil millones de dólares a nivel mundial, esto es 209 mil millones más que lo registrado en el año 2020.

Se calcula que 1.850 millones de personas en todo el mundo utilizan al menos una vez al año los servicios de una app de este tipo y que cada usuario gasta una media de 165 dólares, unos 130 mil pesos chilenos.

Sin embargo, desde el rubro de la gastronomía cuestionan que las comisiones que cobran muchas de las principales firmas del mercado ponen en jaque la viabilidad del negocio a mediano y largo plazo.

En Chile, este argumento llevó a que distintas marcas decidieron optar por el camino de la innovación y así encontrar una solución con menos impacto.

Es el caso de la cadena chilena Buffalo Waffles, que apostó desde el mes de junio por una aplicación propia desarrollada por la startup nacional Justo, quienes se hacen cargo de todo el proceso de venta digital, desde la toma de pedidos con su propio eCommerce, al servicio de entrega a domicilio, convirtiéndose así en un partner tecnológico.

Gracias a esta transformación tecnológica, la compañía proyecta un crecimiento del 30% en la venta por delivery, lo cual le permite, además, hacer más eficiente el canal propio, beneficiando directamente a los consumidores.

Este beneficio se puede traducir en la reducción de casi un 20% en el precio final de los productos para los clientes.

“Las comisiones de las grandes compañías repartidoras son altas, llegando a un 27% y 35% de la venta neta. Esto ha canibalizado la venta presencial de los locales de comida al paso, ofreciendo descuentos y beneficios a los usuarios, que son financiados con los ingresos de los restaurantes. Con la irrupción de las apps propias, las comisiones son entre un 10% a 15%, lo que permite costear el despacho y la plataforma, sin tener que ofrecer promociones agresivas”, explica Thomas Schulze-Boing, socio fundador de Buffalo Waffles.

El cambio tecnológico también permitirá que la oferta de sus productos innovadores llegue a los 45 locales que tiene la cadena a lo largo del país, reforzando así la logística del delivery, considerando que se espera la próxima apertura de nuevas sucursales en Buin, Lampa y Chicureo, a los cuales se sumarán Iquique y Calama.

“Contar con una aplicación propia es parte de nuestra estrategia de hacer más sustentable la venta por delivery a largo plazo, logrando finalmente que nuestros clientes puedan acceder a precios más justos que si comprarán en las típicas empresas repartidoras. En estos tiempos, donde la economía ha impactado a todos, queremos ser un aporte al bolsillo de los consumidores chilenos”, destaca Schulze-Boing.

Esta tendencia toma fuerza en Chile.

Además de Buffalo Waffles, empresas como Chicken love you, Tacobell, Johny Rockets y Juan Valdez comenzaron a trabajar con aplicaciones propias, traduciéndose en beneficios directos a los clientes y en un mejor rendimiento comercial de las operaciones propias del negocio.