Este año y bajo el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, con el fin de reflexionar acerca de las brechas en este ámbito y las acciones que es posible emprender para reducirlas y también para procurar entornos digitales seguros y prósperos.
En Chile, las mujeres apenas representan en torno al 20% de los trabajadores de la industria tecnológica (los diversos datos van entre el 5% y el 35%). Y en las carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) solo alcanzan el 19% de participación según el último informe de la subsecretaría de Educación Superior.
“La baja participación en TI supone mucho más que otra brecha porque impacta directamente no sólo en los procesos, productos y servicios de la industria, sino también en el desarrollo del país. Si los procesos de digitalización no se desarrollan y aplican con perspectiva de género, es decir, no consideran las implicancias distintas que puede tener una acción para hombres y mujeres, lo más probable es que perdamos oportunidades importantes para generar mayor equidad y se reproduzcan los estereotipos de género” explica Carolina Martínez, presidenta de REDMAD.
Según el informe Gender Snapshot 2022 de ONU Mujeres, la exclusión del género femenino del mundo digital ha reducido en 1 billón de dólares el producto interno bruto de los países de ingresos bajos y medios en la última década, cifra que aumentaría a 1,5 billones de dólares en 2025 si la situación actual se mantiene en el mediano o corto plazo.
“Cuando hablamos de la importancia de incorporar más mujeres a un sector tan relevante para las transformaciones que atravesamos, es necesario abordar también cómo evitamos que se repliquen los sesgos que hoy queremos corregir”, asegura Carolina Martínez y agrega que es posible llevar a cabo una transformación digital que, además de impactar positivamente en eficiencia, en calidad de vida y en más y mejores herramientas para lograr las metas que se imponen las trabajadoras, también contribuya a superar las brechas que hoy tienen un costo social y económico.
“Deberían emprenderse todas aquellas acciones colaborativas entre el sector público, privado, la sociedad civil y la academia, para impulsar la formación de talento femenino en el ámbito científico y tecnológico desde las etapas más tempranas, para fomentar más mujeres en carreras STEM y para que en todos los niveles organizacionales, desde la alta dirección hacia la base, haya más mujeres aportando una perspectiva que realmente permita transformación y el avance hacia una sociedad más sostenible’’, concluye la presidenta de REDMAD.