Cuando la ex ministra Izkia Siches afirmó ante el Congreso que el gobierno anterior había devuelto al país un avión «con todos los pasajeros (extranjeros) expulsados», este gobierno responsabilizó a una funcionaria de carrera. Cuando se destapó la olla sobre el «gas a precio justo», los ministros Jackson y Pardow le echaron la culpa al modelo de negocio de ENAP.
Esta semana, el Subsecretario Araos afirmó en televisión, muy seguro de lo que decía, que el Ministerio de Salud había contactado a las clínicas para conseguir una cama crítica pediátrica, lo que fue desmentido por su propia ministra.
Para lavarse las manos, Araos anunció que tomará medidas administrativas contra el responsable de no llamar a las clínicas.
En vez de asumir las responsabilidades políticas, el gobierno -otra vez- le echará la culpa al empedrado.
Estas situaciones vuelven a poner en evidencia la desprolijidad de la actual administración, sin mencionar la falta de gestión y coordinación de la red asistencial de salud.
Lamentablemente, esta desprolijidad no se puede aceptar cuando está en riesgo la vida de nuestros menores.
Por: Francisco Leyton Muñoz, abogado y Comisionado Político Evópoli.