La Encuesta Nacional de Empleo del trimestre móvil julio – septiembre de 2021 que fue presentada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) nos entrega una interesante información respecto de jóvenes entre 15 y 24 años que no estudian y que no están ocupados.

Antes de analizar estas cifras, es moralmente necesario recordar que las estadísticas del mercado laboral, dan cuenta de personas que dejaron de estudiar por abandono o por fin de un ciclo y que no se han incorporado al mercado laboral. Son jóvenes vulnerados en su dignidad.

Los llamados NINIS son 362.844 jóvenes de un total de más de 2.65 millones que componen ese rango etario.

Si bien esta cifra ha descendido desde el valor más alto alcanzado en 2020 producto de la pandemia, cuando los NINIS alcanzaron a ser uno de cada cinco jóvenes, es un grupo de la población al cual se le debe prestar atención ya que no se trata de desidia ni interés por jugar un rol en la sociedad, sino que han ido quedando rezagados social y económicamente.

La brecha de género es muy decidora de la estructura familiar y de la ausencia del Estado en labores de cuidado.

Hay 42,752 mujeres jóvenes más que hombres que no estudian ni trabajan superando la barrera de las 200 mil.

Al ser consultadas por la razón de esa condición, casi 4 de cada 10 mujeres señalan que tienen “responsabilidades familiares permanentes”, es decir trabajo doméstico no remunerado, mientras que la primera razón para los hombres es que están preparándose para continuar estudios.

Lamentablemente, el trabajo doméstico femenino está absolutamente normalizado en nuestra cultura y en nuestro sistema educacional.

En Fundación Semilla podemos observar como los sueños y proyectos de futuro de las niñas son mucho más limitados que los de hombres de su misma edad. Por ello, para que la sociedad sea realmente paritaria, debemos hacer cambios profundos en la educación.

Esta situación no se da sólo en Chile, sino que en muchos países.

En España y Grecia alcanza a 20%, por debajo de Italia en que los NINIS son uno de cada cuatro jóvenes. Y en Estados Unidos son 6 millones de jóvenes que no estudian ni están ocupados lo que equivale a un 15% de jóvenes entre 15 y 24 años.

Observando estas cifras en diferentes países, se puede plantear la hipótesis que la economía y el mercado laboral requiere cada día más de personas con capacidades y habilidades distintas de aquellas que están proporcionando los sistemas educacionales.

No nos cansaremos de repetir que no basta con aprender las materias tradicionales que se enseñan en las escuelas, sino que es imprescindible enseñar a pensar, a desarrollar un pensamiento crítico, a cuestionar el entorno y a atreverse a buscar respuestas más allá de las fronteras de lo conocido.

La evolución en la cantidad de jóvenes que no estudian ni están ocupados es un buen termómetro de la capacidad de adaptación de los sistemas educacionales y las sociedades a los requerimientos del presente.

NINIS no es solo una denominación, sino que es un grito de alerta para construir una sociedad integrada en la que nadie quede fuera.

Por: Marcelo Trivelli.

Presidente Fundación Semilla.